sábado, 21 de noviembre de 2009

Impudicia bloguera

Pensaba yo esta mañana en la impudicia de esto del blogueo, de lo que se han escrito ya varias tesis doctorales, pero que no ha sido hasta hoy en que he constatado su potencial carácter de diario privado de carácter público y hasta los efectos terapéuticos que, como toda escritura, encierra.

Y es que el formato facilita además, creo yo, una mejor escritura, más desenfadada, natural, agil y suelta, menos formal y pinchuda que la que a uno le imponía el respeto reverencial rendido al papel impreso. Como tampoco se puede evitar pensar que en ocasiones los mejores escritores o periodistas han sido los más impúdicos.

En apoyo de todo esto vendría el tópico que a gente como Pedro J. Ramírez siempre le gustaba antaño referir al advertir a los jóvenes que se iniciaban en el oficio que el papel en que se imprimen sus exclusivas de mañana será el mismo con el que se envuelva el pescado de pasado mañana.

¿Pero garantiza eso un mayor capacidad de difusión y permanencia de lo que se escribe en un blog o no será que quién escribe sólo en un blog lo hace porque no puede escribir en otro sitio?

Les dejo todos estos interrogantes por si alguien se anima a intentar dar respuestas, pero de lo que no cabe duda es de que éste es un medio de comunicación absolutamente distinto, y cuyo futuro está por ver.

Y, al menos esa es mi opinión por mi propia experiencia, la capacidad de influencia del papel impreso en las altas esferas políticas y sociales sigue siendo lo que prima.

Al margen de que en un blog se puedan compartir mejor las opiniones y hasta los estados de ánimo con los amiguetes.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Aminatu y la melancolía

Me inicio hoy 20 de noviembre en esto del blogueo con mucho escepticismo y, sobre todo, con gran melancolía. Melancolía, supongo, como siempre, por el tiempo perdido, y hoy más especialmente, en que experimento sensaciones muy particulares ante dos acontecimientos que guardan bastante relación con los pequeños compromisos públicos que -aunque sin proponérmelo- he ido adquiriendo de alguna manera en mi caminar por la vida.

Y es que acabo de asistir a la apertura del primer congreso de UPyD con bastante emoción, al haber comprobado que aquel partido con el que uno alguna vez ingenuamente soñó, y que incluso le llevó a militar en el CDS de Suárez allá por los años 90, se ha hecho al fin realidad encarnada en el color magenta. Han tenido que pasar varios lustros, y España ha estado a punto de desvertebrarse mientras tanto, pero al fin ha sucedido: UPyD es un partido más profundamente radical que CDS, en realidad a veces me parece que es el CDS que a algunos nos hubiera gustado que fuese y no fue. Y es que, fíjense cómo es la cosa que, por ponerle algún pero, incluso percibo en ocasiones en los discursos de esta flamante UPyD un cierto tonillo de chufla anticlerical que no comparto.

Melancolía grande por los años pasados y por los jirones de uno mismo que en tiempos se dejó, sin duda, por el camino, quién sabe si de manera totalmente inútil o no. Pero esa es la historia de toda la vida, y es que si se me permite un pequeño ataque humorístico de egolatría, los pioneros no siempre son los que llegan a la Tierra Prometida. En fin, que allá por los años 90, un señor que se llama Florencio Calvo y yo éramos los responsables de una cosa que se editaba en el partido y se llamaba 'Tercera Vía', premonitoria denominación para lo que, al fin, 20 años después está consolidándose.

Pero les decía que había un segundo asunto que hoy me movía a escribir y a abrir este blog y que tiene también que ver con cierto compromiso adquirido en los últimos años a través de mis escritos: la situación de Aminatu Haidar en Lanzarote tras ser expulsada de Marruecos por no querer rendir pleitesía al sultán declarándose marroquí.

Desde que allá por 2002 tomé conciencia del tema del Sáhara Occidental son innumerables los artículos que he escrito sobre ese conflicto, -sobre todo en la desaparecida Gaceta de Canarias que se vendía en aquel archipiélago junto a EL MUNDO- no sin lacerante dolor y desgarro, aunque no tuvieran traslación digital y sólo aparecieran en papel. Ya puestos, también debo decir que, dado mi bastante peculiar carácter personal, mi sincera y a veces machacona preocupación por el Sáhara no siempre me ha beneficiado, pues aunque creo que me ha hecho ganar algunos amigos, también me aisló y me significó mucho como periodista, llegando a provocarme incluso cierto autoaislamiento y seguramente cerrarme alguna puerta. Pero también es algo a lo que ni quiero ni debo renunciar, porque forma parte de mi historia.

Pero olvidemonos de mí y volvamos a la situación de Aminatu para decir que aunque tal vez el Gobierno de Zapatero se encontró en una situación complicada, el ensañamiento con que ha actuado es totalmente condenable. ¿Dónde está la delegada del Gobierno en Canarias, Carolina Darías? ¿Qué delito ha cometido Aminatu Haidar para que no se haya acercado aún a verla? ¿Tanto miedo le tenemos al sultán y a sus esbirros? Con su actuación y con los insultantes anacolutos de Moratinos, el Gobierno de España está dando por buenas una vez más las tesis marroquíes, pese a que ni el dictamen que pidió en 1975 al Tribunal de La Haya ni el derecho internacional dicen que el Sáhara Occidental sea suyo sino lo contrario.

Pero la cosa es aún más grave, porque todo indica que la expulsión de Aminatu y el recrudecimiento de la represión en los territorios ocupados por Marruecos es consecuencia del toque de cornetín que M-VI emitió a primeros de mes cuando dijo que todo el que no le rindiera vasallaje medieval y se humillara ante él en el Sáhara es un traidor. Así es como este chico quiere cumplir con las resoluciones de la ONU. Y así es como encima los marroquíes tendrán el atrevimiento de querer mantener en Manhasset unas conversaciones que el Frente Polisario debería suspender 'sine die' en tanto no se respeten los Derechos Humanos y la libertad de expresión en el territorio que los invasores ocupan ilegalmente.

Tiempo habrá de que sigamos hablando de la cuestión saharaui en este blog. No les quepa duda. (Y, además, esto lo bueno que tiene es que dentro de un ratito puedo meter otra entrada). Eso sí, con su determinación y el coraje que está demostrando Aminatu, tanto si sale como si no sale de ésta va a haber un antes y un después en el movimiento de resistencia saharaui. El Frente Polisario debería plantearse su nombramiento en algún alto cargo de la administración de la RASD y ejemplos como el de ella deberían ser suficientes para sacarnos de la melancolía.